martes, 8 de junio de 2010

paso en falso

Caminar descalzo sobre oxidados alambres que poco a poco pudren mis piernas. Larvas que crecen en mi cerebro producto de mentiras que silencian y cercenan cuellos. Veinticuatro pasos en falso. Quizás tomo demasiado en serio cuando aprietan mi nuca con los dedos. Son sólo marionetas que encuentran el placer con las miradas de la gente, y al terminar la función se esconden tras las máscaras.
Desvías tus pupilas, miras a tus pies que se pierden en el cemento, tu voz se apaga y otra vez te escondes en tus cuatro paredes descascaradas por el olvido, sonríes a menudo aparentando por debajo de esas dos cejas. Olor que impregna tus manos llenas de caricias a espaldas que desconoces con el tiempo.

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