lunes, 10 de mayo de 2010

con el tiempo

cuento los pliegues dentro de mi cabeza, mientras mezclo la mermelada con un poco de rencor.
me siento a contemplar mis piernas de camello, y recuerdo aquella fragancia que ocupaba para espantar a las moscas.
siento un nudo ciego en la garganta, no lo puedo desatar. y cada vez que lo intento corto mis manos.

mis dedos me miran cansados, yo no me doy cuenta del daño que les hago.
angustia recorre mi espalda, las vertebras me acompañan como el piano de un bar, hasta la médula osea.
mis pies se mueven con aquella melodía, les recuerda tiempos de uñas largas y sucias.
mi ombligo ya no vive de recuerdos, y me entrega sabios consejos. uno que otro fin de semana nos fumamos algo que nos da risa. pero en esos momentos extraña el cordón umbilical que lo alimentó de pequeño. sólo desea cerrar los ojos y volver el tiempo atrás.

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